
Mi alma descansa en quietud sin par
Callados los ruidos de una triste vida
Que mi débil cuerpo no pudo aguantar
Sumergido en las aguas de un eterno ahora
Que el sol ilumina con gran claridadFinal de las sombras que llenan mis ojos
Lúgubre destino que me hizo pecar
Maldita agonía que concluye hoy
Llenando mi ser de extraño furorY en los cuatro vientos retumba mi voz
Anunciando la nueva que feliz estoy
Ahora camino hacia otro horizonte
Libre del peso que fue mi prisiónBuscando la ayuda de Dios y sus huestes
Que me permitan seguir mi misión.
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