En la falda de la montaña,
comenzando a caminar,
mirando hacia la cima,
ansioso por empezarla a escalar.
Rocas pequeñas y grandes,
la montaña empiezo a subir,
vegetación exuberante,
lo fácil llega a su fin.
Entre tropiezos y saltos
subo la ladera sur,
el sudor presente en mi frente,
mi cuerpo que entra en calor.
Cuerdas nudos y ganchos,
todo lo que se pueda usar,
piernas y brazos tensados
que se empiezan a agotar.
Una pared de granito
se presenta frente a mí,
complicada disyuntiva
entre rodearla o subirla y seguir.
El cansancio ya es extremo
y me tengo que hidratar,
descansando en una peña,
hasta poder continuar.
El tiempo pasa muy lento
muy poco he logrado avanzar,
las dudas agobian mi mente,
de que la meta se pueda alcanzar.
Volteo y miro hacia abajo,
un valle que llega hasta el mar,
las montañas en lontananza,
mi mente se empieza a calmar.
Escarpado, abrupto y agreste,
el sendero que debo seguir,
viendo que falta poco
para dejar de subir.
De repente, como por suerte,
la antecima se abre ante mí,
ultimo y necesario esfuerzo
para poder llegar al fin.
El ocre color del cielo
anunciando la puesta del sol,
recepción de mi llegada
final de mi absurda misión.
Felicidad, libertad y júbilo,
Se arrebata todo mi ser,
en la cima de la montaña
que he logrado hoy vencer.
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