Con estas palabras me despido de mi mismo,
de mi infancia y de todo lo que ella envuelve,
de aquellos lugares que me vieron crecer,
de toda la gente que compartió su existencia conmigo,
de la inocencia inocente de la ignorancia.
Las despedidas son siempre tristes,
las emociones sobrepasan mi cordura,
y mi corazón se encoje ante el recuerdo de tu vida.
Hoy me despido de mi mismo
de aquel ser que en su metamorfosis se convirtió en mi.
Gracias por todo lo que fuiste,
por todo lo que experimentaste para estar aquí y ahora
por todo el sacrificio y perseverancia.
porque tus ilusiones y sueños son mi presente realidad.
Soy lo que soy por ti, y nunca te olvidare.