El vacío que siento con nada lo puedo llenar
Angustia
de la vida que parece eterna
Y
esperando que algo suceda en mí
Desterrado
de la gracia, separado del hogar
¿Cómo
me acerco a ti si soy pecador?
Hundido
en la miseria de mi propio mal
Tan
lejos de la luz, sin saber a dónde ir
Ajeno
a la presencia de todo y de todos
Solitario
como tan solo lo invisible puede ser.
Qué
vergüenza siento de mí
Como hijo
del demonio que heredo su horror
Con
penas y sufrimientos vivo en su casa
Infierno
de fuego donde no hay perdón
Un
lugar de lamentos lleno de odio y dolor.
Pero
todavía albergo algo de esperanza
Una
razón que me motiva a seguir
Pues
por más destrozado que este mi espíritu
Tu
aliento divino no lo deja morir
Y tarde
o temprano volveré a estar junto a ti.
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