Sumergido en la ignorancia,
bajo un sentimiento de locura que aprisiona el corazón,
voy por la vida buscando
el origen y destino de aquello que de verdad soy.
Una situación que es impuesta,
sin que tenga yo control,
por un velo maldito
que me nubla la razón.
Consciente de su presencia,
de su macabra misión,
procuro estar siempre atento
para no caer en su red de confusión.
Pero por más esfuerzo que haga,
su presencia es siempre presente,
mezclándose conmigo mismo,
desconectándome del amor.
Por gracia, mi Ser es fuerte,
lleno de un poder superior,
que no desfallece nunca,
recordando mi misión.
Reencuentro conmigo mismo:
El uno que en el todo soy,
hijo eterno de la fuente
que brilla con esplendor.
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